5 claves para descubrir Burgos
No hace falta salir de España para encontrar lugares increíbles.
El turismo rural y las escapadas a pueblos con encanto están a la orden del día. A los más urbanitas nos encanta esa sensación de desconexión y de visitar lugares donde la vida es más sencilla y menos ruidosa. Parajes que dejan sin palabras, contrastes de colores que alegran la vista, platos regionales que se convertiran en algunos de nuestros favoritos para siempre, dulces típicos que salen cada mañana de un obrador… Nos encanta todo esto y en España podemos disfrutarlo en multitud de lugares.
Según el INE, la Comunidad Autónoma que más pernoctaciones de turismo rural recibe es Castilla y Léon. Parte de esa España vacía, de la que tanto hemos oído hablar últimamente, esconde joyas arquitectónicas, cultura en cada esquina e historia viva que nos llama a recorrerla de extremo a extremo viviendo sus contrastes. Esta vez me voy a centrar en la tierra que vió nacer la leyenda del Cid Campeador para contaros 5 lugares fantásticos que visitar si pasáis por Burgos.

La Catedral es una de las mayores joyas del gótico y corona el casco histórico de Burgos.
1. La Catedral de Burgos
Era obvio que esta iba a ser la primera. La Catedral es una de las maravillas del gótico y uno de los edificios más impactantes que se pueden ver en nuestro país. Se trata de una de las grandes referencias, junto con Notre Dame de Paris, Notre Dame de Chartres o la Catedral de León.
En su interior encontraréis impactantes columnas, vidrieras de todos los colores, juegos de luces y sombras que dan diferentes tonos a la piedra, un claustro en madera espectacular y, en pleno centro, la tumba de Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid) y su esposa Doña Jimena. Existe la opción de comprar la entrada solo a la Catedral u optar por una pulsera que te da acceso a varias iglesias del casco histórico de Burgos, una opción muy interesante para aquellos que les guste visitar este tipo de edificios. Uno que no está incluído y que resulta especialmente interesante por su historia es el Monasterio de las Huelgas Reales.
2. Orbaneja del Castillo
Imagínate un paisaje verde, húmedo, donde las rocas son devoradas por la vegetación y las cascadas que caen serpenteantes desde las montañas… Ahora pon un pueblo en mitad de una cascada. Ya estás en Orbaneja. La roca caliza, erosionada por la fuerza del agua, ha generado un paisaje kárstico que es de los más pintorescos de la península.
El pueblo, de arquitectura popular, se encuentra en la frontera con Cantabria y destaca por su belleza y por las numerosas cuevas que se pueden encontrar en sus alrededores, como la Cueva del Agua, que solo es visitable cuando el caudal del río Ebro lo permite.
3. El Monasterio de Oña y sus jardines
El Monasterio de San Salvador es uno de los monumentos que más me han impresionado en Burgos. Sus grandes dimensiones y su riqueza artística merecen recorrerlo entero. En este monasterio se creó la primera escuela para sordomudos del mundo.
Cabe destacar el panteón real cuyos sepulcros están hechos de madera de nogal tallada y el impresionante claustro gótico. Tambien se pueden visitar los jardines benedictinos, donde se puede ver el verdadero estado de cierta parte del monasterio (hará las delicias de los aficionados al estilo abandonado) y el sistema de piscinas donde los monjes criaban angulas.

La comarca de Las Merindades recibe la visita de numerosos turistas atraídos por sus paisajes y las posibilidades que presenta.
4. Frías y las Merindades
Frías es uno de los pueblos de Burgos que pertenecen a la asociación de “Pueblos más bonitos de España”. Considerada la ciudad más pequeña de España, su casco histórico merece un paseo hasta su castillo, desde donde tendremos unas vistas espectaculares de todo lo que rodea a la villa, característica por sus casas colgantes, sus entramados medievales y su puente.
Frías está enclavado en la comarca de las Merindades, una tierra de incalculable valor dominada por el paisaje kárstico, las cuevas, los montes y las iglesias y ermitas románicas. Estampas como el monumento natural de Ojo Guareña o el enclave de Santa María de la Hoz se suceden casi de continuo.

Santa María de la Hoz se encuentra en un hueco en la roca excavado por el agua durante millones de años. El río ahora forma una serie de cascadas que se pueden visitar de manera cómoda.
5. Covarrubias y Santo Domingo de Silos
Covarrubias es uno de los lugares que más me gustan. Sus casas medievales con entramados similares a los que hay en otras partes de Europa (como la Alsacia) invitan a llevar a la imaginación a otros tiempos.
Un paseo por su casco histórico o sentarse en una terraza a degustar uno de los vinos de la D.O. Arlanza suponen planes perfectos para pasar una mañana soleada. Si hiciera frío, uno siempre puede refugiarse en alguno de los mesones que hay en la plaza principal a disfrutar de algún plato caliente con el que reconfortarse.
Cerca de Covarrubias se encuentra otra joya arquitectónica, el Monasterio de Santo Domingo de Silos. El pueblo también merece una visita, pero el claustro gótico del monasterio, de los más importantes del país, es una parada obligada. La antigua botica de los monjes benedictinos, poblada de volúmenes de plantas medicinales y de aparataje de laboratorio, es una curiosidad atractiva para todos aquellos que entran a verla, aunque si eres farmacéutico te gustará todavía más.

Covarrubias conserva su esencia medieval con sus calles empedradas y su centro histórico rodeado por murallas.
¿Dónde comer?
En Burgos hay numerosas opciones gastronómicas para gusto de todos. Por el centro hay una buena zona de tapeo, poblada por numerosos bares que concentran gran parte de la vida social de la ciudad. Las bravas del Mesón Burgos son algo imperdible, así como los desayunos en Viva La Pepa. Si se quiere algo más a mesa puesta, el Hotel Mesón del Cid, frente a la Catedral, es una buena opción (además allí se imprimió por primera vez La Celestina). En Covarrubias es de justicia recomendar Casa Galín, pero con la advertencia de que siempre hay que reservar con antelación.
¿Dónde dormir?
En la misma ciudad de Burgos hay una amplia oferta de alojamientos, pero si se quiere apostar por una experiencia menos urbanita, hay numerosas posadas, casas y hoteles rurales en casi todos los pueblos y comarcas.
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