Estamos hartas del acoso callejero

El acoso no es ninguna broma y tiene que parar ya.

 

Photo by Kevin Laminto on Unsplash

No es para tanto, es solo un piropo, ya quisiera yo que me dijeran que soy guapo cada día, menuda exagerada, es que ya todo es machismo… De verdad que a veces parece que algunos no queréis entender lo que es el machismo y el acoso callejero. Vamos a ver si conseguimos explicarlo para aquellos que pensáis que ahora hay que firmar un contrato para decir cosas bonitas a la gente.

Hace unos días salió otra polémica con el caso de la periodista deportiva María Gómez (@maria__gomez), quien subió un vídeo donde un ChicoRandom™ le daba un beso no deseado en la mejilla durante una retransmisión en directo del Mundial.

Parece difícil pensar que alguien vea bien hacer esto, pero no hay más que mirar las respuestas al tweet para ver que no. Unos piensan que es un «acto espontáneo», al que no hay que darle más importancia. Muchas comedias románticas habéis visto. Estoy segura de que muchos os sentís incómodos cuando alguien se acerca mucho a vosotros u os toca el brazo al hablar, pero sin embargo no podéis empatizar con esta periodista.

No es lo único que María Gómez ha tenido que soportar, y este vídeo ha resultado mucho más polémico aún. En él, la periodista hace una pregunta y recibe como respuesta un «¿Cómo te llamas, guapa?», a lo que ella replica que «lo de guapa, sobra».

¡Madre mía! ¡Chica, no te ofendas, que encima que te llama guapa! ¡Si va con buena intención! A ver cuándo os enteráis que lo que nos molesta no es la palabra, sino el contexto. Si no conoces a la persona, no tienes confianza con ella, está trabajando, simplemente guárdate esos comentarios.

«¿Cómo te llamas, guapa?»

Cuando las mujeres salimos a la calle, cada día, los hombres nos miran, nos babosean, nos tocan, nos silban como si fuéramos su perro y nos dicen cosas que parecen haber sido sacadas de una canción de Bad Bunny. Y lo hacen cuando las chicas van solas, o muy bajito, para que nadie más te oiga. Lo suficientemente alto como para que nos demos cuenta de que nos han dicho algo cuando ya es tarde y el chico está a unos metros.

«¡Denuncia si te acosan!». Como si no fueran a reírse en nuestra cara en comisaría al llegar y decir «Vengo a poner una denuncia a un hombre, cuyo nombre desconozco, que me ha dicho ‘oh mamasita’ al pasar frente al McDonalds de Gran Vía». Llevamos mucho tiempo diciendo que no nos gusta que nos silbéis, miréis o digáis cosas por la calle, y la respuesta es que «es algo bonito, que no es para tanto, que todo es machismo». Si no queréis escucharnos cuando os estamos gritando que paréis, igual es que no lo hacéis para hacernos sentir mejor sino para sentiros más Hombres™, con poder, porque la calle es vuestra y os da igual cómo se sienta la mujer.

3 comentarios
  1. Pablo L
    Pablo L Dice:

    Con estas acciones me suele dar vergüenza ser hombre y hasta yo me siento incómodo cuando leo o veo que ocurre esto por la calle

    Responder

Trackbacks y pingbacks

  1. […] al insituto, tenía catorce años y aterrizaba en 3º de la ESO. Era 2009, y en aquel entonces todo esto del acoso sexual, el bullying y el feminismo no estaba muy en boca de los jóvenes. Estaba todavía muy de moda eso […]

  2. […] Era un campamento de verano… así que tenía que haber piscina. Nuestra piscina consistía en una pequeña balsa, donde cabían quince niños como muchísimo, bajo los árboles. Le daba toda la sombra y, al no ser una piscina como tal, el agua estaba sucia y verde. Si no queríamos meternos, nos obligaban. Yo vi cómo una niña se envolvía en la toalla para evitar meterse y los monitores la cogían entre risas y la metían. Para ellos podía ser divertido, pero estoy segura de que a la niña no le hizo ninguna gracia. […]

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