Queen + Adam Lambert ha sido el concierto de mi vida

Cómo llorar en un concierto en un sencillo paso.

Recuerdo que hace muchos años, cuando yo tenía apenas 10 y estaba descubriendo aún el universo de la música, me vino de repente a la cabeza una canción que con toda seguridad había escuchado en algún lado sin ser capaz de recordar cómo se llamaba ni lo que decía. Era una canción con un ritmo de locura e increíblemente pegadiza, y tras darle muchas vueltas y rebuscar en el fondo de mi subconsciente conseguí recordar un fragmento de la letra que me bastó para localizarla en internet. “Don’t Stop Me Now” se convirtió así en mi primer contacto (consciente) con el que se convertiría durante muchos años en el grupo de mi vida: Queen.

Adam y Brian May | Foto de Laura Patterson

Toda la música de Queen me parecía ridículamente buena como para ser cierta, y me pasaba el día cantando todas y cada una de sus canciones por casa. Me sabía la historia del grupo de memoria y me fascinaba la voz de Freddie, tan única que no se parecía a ninguna otra que hubiese escuchado antes. Junto con The Beatles, Queen se convirtió en mi grupo preferido y ver a ambos en concierto era un auténtico sueño para mi.

Evidentemente, por razones de peso, verles era complicado ya que Freddie falleció en 1991 a causa del sida, y solo quedaba la mitad de los componentes de Los Beatles. Sin embargo, Paul McCartney vino a Madrid hace un año y verle en concierto fue lo más parecido a ver a The Beatles que voy a experimentar nunca; y lo disfruté acorde a ello. Y este fin de semana, Queen ha tocado en Madrid y en Barcelona.

Adam Lambert | Foto de One Nation

Aunque a veces me emocione, especialmente en películas y musicales, no suelo exteriorizarlo con lágrimas. Y aún así, el de Queen ha sido el primer concierto de mi vida donde no he sido capaz de contener los ríos de lágrimas que caían de mis ojos. Es cierto que la ausencia de Freddie se notaba, pero Adam Lambert (el actual vocalista que acompaña al grupo) supo defender a la perfección cada canción en el escenario con una presencia que en muchas ocasiones recordaba a la del propio Freddie. Brian May a la guitarra es pura magia derrochando talento por cada poro; y el estilo único de percusión de Roger Taylor e incluso su voz, fueron capaces de animar el estadio entero.

La gira por Europa sigue, con lo que si tenéis ocasión de ir, ni lo dudéis.

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