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Mamma Mia 2: esto es lo mejor y lo peor

Hollywood sabe lo que queremos. Y tanto que lo sabe.

 

Name a more iconic trio. I’ll wait.

Ayer tuve la suerte de asistir al pase de Mamma Mia 2: Una y otra vez, la segunda parte de la película musical con canciones de ABBA. Esto es lo que opino de ella.

Yo, como gran fan de la primera parte, tenía infinitas ganas de verla. Había visto el trailer, que no nos cuenta mucho más de lo que ya sabemos: la historia de cómo Donna (Meryl Streep) llegó a una pequeña isla de Grecia para descubrir su destino. En el camino, se encontrará a tres apuestos jóvenes con los que pasará unos agradables momentos y, poco después, descubrirá que está embarazada. Vamos, la película 1.

En lugar de inventar una segunda parte por completo, la película te cuenta más a fondo lo que sabemos de este personaje a través de flashbacks. Además sabremos un poco más qué le depara el futuro a Sophie (Amanda Seyfried) y cómo afronta los obstáculos de su vida.

Lo mejor: El respeto a los personajes principales en sus interpretaciones de jóvenes. Donna, Tanya (Christine Baranski) y Rosie (Julie Walters) y los tres pretendientes tienen perfectos actores que encajan a cómo podrían haber sido de jóvenes. Incluso sus voces y acentos son similares, si la ves en versión original.

Tanya es mi personaje favorito (lo siento, con Christine Baranski soy totalmente imparcial) y no me ha decepcionado. Sus frases son maravillosas. Cher, que se hace de rogar para salir en pantalla, también brilla. Y el final es apoteósico, increíble, para ponerse de pie y aplaudir.

Rosie, Sophie y Tanya, siendo muy amigas y fabulosas

Lo peor: Las transiciones de futuro a presente. Esto es algo personal, pero hay transiciones extrañas que parecen querer presumir de gran habilidad con la cámara y edición, pero que son forzadas y excesivas. A veces es mejor optar por una opción más sencilla. Además, se nota que todo se ha grabado en un estudio y hay chromas bastante mejorables.

Peca un poco de pastelosa. Es un bonito homenaje a Mamma Mia, pero sí que hay momentos en los que se pasan con el azúcar los fuegos artificales.

Donna y Bill de jóvenes dándonos envidia

¿Irás a ver Mamma Mia: Una y otra vez o eres de los que prefieren quedarse en casa viendo series? Hagas lo que hagas, tienes la banda sonora de Mamma Mia 2 en Spotify para escucharla, así que al menos eso que te llevas.

Ocean’s 8 – No echarás de menos a George Clooney

El empoderamiento femenino en todo su esplendor.

 

Las Ocean’s 8 en la primera imagen que se vio de la película

Ocean’s 8, dirigida por Gary Ross, es la nueva secuela de la conocida Ocean’s Eleven. Con un reparto bien cargado, nueva trama y giros no tan innovadores, la película tiene sus más y sus menos. Esta es mi opinión de Ocean’s 8.

Para empezar, me encantaría aclarar que de secuela tiene poco. Sí, es cierto que de vez en cuando hacen alguna referencia al personaje de George Clooney o a las películas anteriores, y es cierto que hay un robo con un gran equipo de gente talentosa; pero más allá de eso la película puede verse sin ninguna necesidad de ver las tres primeras.

Lo primero que nos llama la atención es el reparto: Sandra Bullock y Cate Blanchett hacen un dúo que nada tiene que envidiar al de Clooney y Pitt, no vais a echarlos de menos. Helena Boham Carter y Sarah Paulson bordan los papeles y sorprenden Anne Hathaway y Rihanna: la primera por interpretar el papel de actriz superficial y hacer que, siendo Anne, odiemos al personaje; la segunda porque había mucho hype desde Battleship y, la verdad, le ha salido bien la jugada. Aparte del reparto principal, hay muchas, muchísimas sorpresas a lo largo de la película que no revelaré para no arruinarlo.

El equipo en pleno análisis del plan

En cuanto a la trama, he oído por ahí que «el robo es menos espectacular que en Ocean’s Eleven y que eso es decepcionante». A mí me parece que todo lo que ocurre tiene sentido, no está exagerado, tiene cohesión. No ocurre en Las Vegas, no es robar tres casinos: el objetivo de este robo es un collar de diamantes valorado en 150 millones de dólares, durante la MET Gala en Nueva York. Tanto el escenario y el objeto de robo son más pequeños en cuanto a tamaño, así que me parece razonable pensar que las maniobras serán más comedidas, pero no por ello menos calculadas.

También he leído algunas críticas que hablan de que «las estafadoras salen muy guapas y a la moda«, y me encantaría señalar que:

1. Van a robar en la MET Gala, normal que salgan «a la moda». Para quien no sepa qué es la MET Gala, os dejo la cita de Wikipedia aunque podríais ir a buscarlo vosotros mismos:

La Gala del Met o la Costume Institute Gala es un evento benéfico que da inicio a la exposición de moda anual del Instituto del Vestido del Museo Metropolitano de Arte de la ciudad de Nueva York (…). La fiesta es co-dirigida por Anna Wintour, editora de la revista Vogue, y unas personalidades honorarias que varían cada año. (Wikipedia)

2. También George Clooney y Brad Pitt salían estupendísimos y no creo haber leído eso en una crítica, así que estaría bien dejar de utilizar ese argumento para determinar si la película es buena o mala.

El tono de comedia, las transiciones gráficas y la edición con la música fueron elementos que me gustaron mucho. Salí de la sala encantada, con ganas de más. Llegará a las salas de cine españolas el 6 de julio, ¡ya me contaréis qué os ha parecido!

Por esto La Jungla de Cristal es la mejor película de acción

Hay muchos que no se aclaran con el concepto: ¿Es La Jungla de Cristal una película de acción con humor? ¿Una comedia con acción? Una u otra, la película de John McTiernan es la mejor de su género.

 

La Jungla de Cristal es la mejor película de acción.

Antes de comenzar a explicar por qué, quiero que quede claro que esto es solo mi opinión personal. No soy yo crítica de cine experta (aunque saqué muy buena nota en la asignatura de Análisis de Cine, todo hay que decirlo). Solo soy una chica, de pie frente a unos lectores, pidiendo que amen su película favorita. 

Un principio maravilloso. Te presenta al personaje principal: John McClane (Bruce Willis): un policía que vuela a Los Ángeles a ver a su mujer. Un tipo duro con pistola pero que también lleva un oso de peluche gigante. En los primeros minutos le cuenta al chófer de su transfer su situación sentimental y laboral, y con esa información ya tenemos unos cuantos ingredientes con los que empezar. Además, un detalle muy cuqui, la primera persona que habla en la película es un irrelevante que no volverá a salir en toda la película. Sin embargo, dice dos cosas muy importantes: nota que John McClane tiene miedo a las alturas y le da la solución para aliviarse, que es quitarse los zapatos y calcetines y frotar los pies en una alfombra.

John McClane llega al edificio Nakatomi Plaza, donde trabaja su mujer. Nada más y nada menos que el piso 30. Para nada alto, no, qué va. Su mujer como que se alegra de verle pero luego recuerda que estaban peleados, así que le deja en una habitación para que se calme. Entonces John McClane se acuerda que el mejor modo de calmarse es quitándose los calcetines y acariciando la alfombra con los pies. Sorpresa: esto funciona tanto como colocar un cuarzo rosa entre el ordenador y tu persona para no recibir las ondas electromagnéticas de la tecnología, es decir, nada. Pero el chaval está descalzo y esto es lo que nos importa.

¡Es entonces cuando los malos entran en acción y él se ve obligado a esconderse para poder salvar a todo el mundo! Y claro, no le da tiempo ni a ponerse zapatos con las prisas y el susto. Y aquí llegamos a un elemento importante de esta película: el malo malísimo. Porque sí, hay malos muy malos en la historia de los malos: tenemos a Donald Trump, a Mojo Jojo, a La Bruja Aburrida… pero aquí el papel de antagonista es Hans Gruber, interpretado por nuestro amado y querido Alan Rickman, en su primera película.

Alan Rickman interpretando a Hans Gruber.

El guion es redondo, todo lo que ocurre es por una razón. Si al principio nos han presentado a un protagonista con miedo a las alturas y descalzo, es porque se tendrá que enfrentar a un suelo lleno de cristales rotos en un piso 35. Esto es algo que echo mucho de menos en las películas de acción: se descuida el guion y la trama porque pum pum, golpe aquí, explosión grande, nadie se entera de qué pasa. ¡Y yo sí que estoy pendiente!

Además de que los planos que se utilizan son demasiado fabulosos. En películas «serias», de género drama, los planos se utilizan muy a conscincia. Es otra cosa que veo que se descuida en películas de acción. Pero mirad esta flipada de plano que hasta ha salido en una clase de mi carrera y yo no pude estar más feliz aquel día:

El plano holandés es una técnica tan antigua como las bolsas de naftalina del armario de tu abuela, pero se usa relativamente poco. Consiste en torcer la imagen. Ya está. Con esto se consigue que (depende del grado del ángulo) el espectador entienda que «algo no va bien». El espectador se cuestiona lo que está viendo, porque no es un ángulo natural. En esta escena concreta, John McClane le está dando una pistola a Hans Gruber, pensando que es de los buenos; mientras los espectadores estamos gritándole a la pantalla «Pero John, ¿en serio te estás fiando de este tío? ¡Que es Severus Snape, que ni Albus se fiaba!».

Plano holandés en La Jungla de Cristal.

Tampoco es plan de destriparos el final, aunque hay como cuatro películas más así que podéis imaginar que John McClane saldrá de esta. Pero para saber cómo, tendréis que averiguarlo vosotros mismos. Y como recomendación personal, nunca veáis La Jungla de Cristal 2. Esa os la podéis saltar.

Hemos visto Jurassic World: Fallen Kingdom y esta es nuestra opinión

Mucho dinosaurio y pocas nueces.

La vida siempre se abre camino. O eso es lo que decía Ian Malcom (Jeff Goldblum) en Jurassic Park, la primera película de la franquicia. Veinticinco años más tarde, con el estreno de Jurassic World: Fallen Kingdom, parece que la historia no ha cambiado mucho. Y es que los dinosaurios vuelven y son cada vez más realistas, pero el hilo argumental se va perdiendo con cada nueva entrega.

Maisie Lockwood (Isabella Sermon) es parte del plot twist más innecesario del cine.

Tres años después de la caída de Jurassic World a costa de la creación de un dinosaurio modificado genéticamente, el Indominus Rex, el volcán sobre el que se asienta la isla Nublar está a punto de explotar. Y efectivamente, los dinosaurios que escaparon y que ahora viven libres en la isla están amenazados con la extinción; y como no podía ser de otra manera, los héroes de la anterior película son los únicos que pueden salvarlos.

Sin embargo, el argumento al completo es un cliché y refuerza contantemente la idea de que no estamos viendo nada nuevo. Vuelve el caos por los dinosaurios, vuelven las modificaciones genéticas para conseguir más dientes y garras más afiladas, vuelven los estereotipos y vuelven los finales esperadísimos. Da la impresión de que una película de Jurassic Park/World no puede ser parte de la saga si no aparece un deux ex machina del T-Rex atacando a otro dinosaurio/humano y rugiendo después. Y en esta película no pasa solo una, si no dos veces. Y hablando de los rugidos, es interesante ver como si los dinosaurios decidiesen lanzarse a atacar en lugar de detenerse un largo momento a rugir primero, todos los protagonistas estarían en apuros de verdad. De momento siempre sabemos que ese rugido les dará el tiempo suficiente como para esconderse.

El deux ex machina por excelencia en esta saga

Cuando entras al cine a ver una película del universo jurásico, esperas en cierto modo ver la magia de las grandes selvas donde todo tipo de criaturas corren en libertad y acechan en cada arbusto. Reconozco que quizá esto sea únicamente un deseo personal, aferrándome al concepto de las primeras películas, pero el hecho de que literalmente la mitad de esta película transcurra en el sótano de una mansión hace que el sabor de la historia de los dinosaurios se pierda. Se echa en falta el volver a una historia más simple, donde los dinosaurios vuelvan a ser dinosaurios en lugar de las “armas biológicas” que se empeñan en crear los malos todo el tiempo. Y sí, soy consciente de que todos los dinosaurios de estas películas son en sí mismos experimentos genéticos, pero en cierto modo conservan un aspecto “natural” que desaparece completamente en las nuevas creaciones del laboratorio. Una creación, por cierto, que a pesar de moverse destrozando todo a su paso, cuando se encuentra (probablemente por primera vez en su vida) con una ventana, sabe de manera instintiva que bajando el pomo esta se abrirá. ¿En serio? Se decía que la visión que quería darle J. A. Bayona, el director, a esta historia era mucho más oscura y realista; pero realmente las escenas que dan a entender esto parecen más sacadas de un crossover con el universo de Batman que con el terror que, en su momento, consiguió la película original de la saga. Y ya por terminar, aprovechando que estoy modo hater, el plot twist de la película es parte de una micro historia completamente innecesaria y secundaria que realmente da la sensación de estar ahí para poner un tick en la casilla de plot twist.

¿Es Batman o un Indoraptor?

Con todo y con eso, la película no deja de ser un buen entretenimiento para todo el mundo que presume con derecho de unos efectos verdaderamente buenos y una fotografía muy interesante en determinados momentos. Además, spoilers al margen, el final deja la puerta abierta de una manera muy interesante para la siguiente entrega que realmente hace que me pregunte cómo lo resolverán. A pesar de todo, tanto tú como yo sabemos que vas a verla en algún momento porque no es fácil evitar la tentación de ver cine comercial, así que ya que vas, disfrútala; que esa es la mejor manera de verla.

Love, Simon: una película tan casual como conmovedora